ISBN: 978-84-12386387. Depósito Legal: 350-2021. Páginas: 172. Encudernación : rústica con solapas.
―Migue, perdona que te interrumpa en tu descanso, pero tienes que ver lo que encontré― le dijo el empleado al responsable del mantenimiento de las zonas comunes del hotel entregándole un cartucho oxidado de balas de una pistola Makarov que acababa de encontrar en un recoveco del segundo piso.
Miguel detuvo de inmediato su merienda y llevó el hallazgo a la administración del Hotel. Cuando se presentó la policía les comentó que en el lugar donde el empleado lo había encontrado no accedía ni personal de servicio ni de cocina ni camareros.
Entonces el administrador, que era sobrino del anterior administrador de apellido Zorrilla, pensó que no era del todo exacto. Recordó que su tío le había contado que unas décadas atrás, cuando el hotel estaba completamente habitado por exiliados del mundo en revoluciones, corresponsales de prensa y otros extranjeros que recalaron en Cuba en los turbulentos años de las décadas 60 y 70, una pandilla de niños, hijos de aquellos exiliados, exploraron el hotel de arriba abajo en sus juegos y travesuras, y fueron quienes descubrieron el pasadizo que llevaba al recoveco donde se había encontrado el peine del arma.
La policía preguntó un poco acerca de aquellos niños, de sus familias, el administrador les dijo que eran de distintas partes del mundo, les comentó que en el inicio de la revolución el hotel estuvo ocupado por los rebeldes, el propio Fidel habitaba una suite en los pisos superiores y allí tenía su oficina, la policía pensó que aquel cartucho podría ser de cualquiera de los rebeldes, lo que no entendían es de qué modo habría llegado allí, solo, sin el cuerpo metálico que le otorga sentido, el administrador se encogió de hombros, el oficial de policía viendo que no había mucho más que interrogar dada la cantidad de tiempo que había pasado evidenciado por su óxido desde que, quien fuese, arrojase o perdiese ese cartucho en aquel agujero, se despidió llevándose el cargador como prueba a la estación de la PNR.
ISBN: 978-84-129202-6-0. Depósito Legal: 77-2025. Tamaño: 170 x240 mm. Páginas: 498. Encuadernación: rústica con solapas. Impresión: cuatricromía. // Tras la toma de Villafranca del Bierzo por el ejército nacional, pretenden sentar en la alcaldía a José Fernández Marvá, falangista de primerísima hora, de aquellos cuyo entusiasmo tanta admiración despertara en Unamuno. Con la mayor prontitud rechaza el cargo (abomina de «paseos» y juicios sumarísimos) y elige el campo de batalla, en la posición avanzada del Puerto de Somiedo. Allí resulta protagonista principal de unos hechos que continúan suscitando extraordinario interés, y controversia, aun en uestros días. El antes, el durante y el después, son fruto de un concienzudo trabajo de investigación histórica, y literaria, a lo largo de veinte años; el rigor de las fuentes
escritas y orales (hasta setenta testimonios) viene enriquecido por gran número de imágenes y anécdotas.
Como colofón, Salvador Fernández Marvá, hermano menor de José e integrante de la División Azul, llega hasta las mismas puertas de San Petersburgo en un recorrido por Rusia que deja inmortalizado, cámara en mano, en un documento absolutamente excepcional y hasta ahora inédito: un tesoro de ciento cuarenta fotografías, con leyendas explicativas, que se ofrece al lector en las últimas páginas de este libro. //
ISBN 978-84-123863-9-4. Depósito Legal: LE-352-2021. Páginas 573. Impresión en cuatricromía. Encuadernación noble en Tapa dura.
Cuando Galadriel y Celeborn despiden a la Comunidad del Anillo, en el libro El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien, Boromir desprecia la recomendación de Celeborn de evitar el bosque de Fangorn y éste le responde: «Entonces no tengo más que decir. Pero no desprecies las tradiciones que nos llegan de antaño; ocurre a menudo que las viejas guardan en la memoria cosas que los sabios de otro tiempo necesitaban saber». Cuando he preguntado a los viejos sobre historias o tradiciones que almacenan en su recuerdo, que a su vez han recibido como legado de sus mayores, me ha llamado la atención que admitían, con vergüenza, que alguna vez creyeron que en sus montañas, fuentes, valles,… moraban seres extraordinarios. Ahora, la mayoría de las veces rehúsan hablar de ello, y mucho más con extraños. Este importantísimo patrimonio cultural se desvanece.